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El Consejo y su trayectoria
Somos una institución que, desde hace más de seis décadas, regula y acompaña el ejercicio profesional de la medicina en la provincia, promoviendo la ética, la capacitación continua y el compromiso con la salud de la comunidad.
Nuestra trayectoria
- Más de 60 años al servicio de la medicina
- Referente en ética y calidad profesional
- Compromiso con la salud de la comunidad
Orígenes
El Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba fue creado en el año 1960 e instituido oficialmente el 17 de febrero de 1961. Este hecho histórico es fruto de la persistencia de una larga lucha, comenzada mucho antes de esa fecha, por el gremio médico.
Está integrado por todos los colegas que ejercen la medicina en la Provincia de Córdoba, al servicio de la comunidad, protegiéndola y protegiéndonos para un correcto ejercicio del acto médico.
Visión
La visión de un consejo médico se sostiene en la construcción de un sistema de salud fortalecido, inclusivo y humano, que garantice el acceso equitativo y la excelencia en la atención para las generaciones presentes y futuras.
Misión
La misión de un consejo médico se expresa en el acompañamiento permanente a sus profesionales y en la promoción de una práctica ética, solidaria y comprometida con el bienestar de toda la sociedad.
Objetivos e Intereses
Impulso al progreso profesional
Promovemos el desarrollo continuo de la medicina a través de políticas que dignifican y actualizan la práctica médica.
Protección del ejercicio profesional
Defendemos la integridad y legalidad del ejercicio médico, asegurando el cumplimiento normativo y ético.
Mejora continua del conocimiento
Velamos por la excelencia científica, técnica y humana en todos los ámbitos del quehacer médico.
Ética y transparencia institucional
Garantizamos la observancia de principios éticos que fortalecen la confianza en la profesión médica.
Independencia y decoro profesional
Sostenemos la autonomía y el respeto por el ejercicio médico en todos los contextos institucionales.
Compromiso con la salud pública
Colaboramos en la mejora de la legislación sanitaria y en la solución de los desafíos estructurales del sistema de salud.
Juramento Hipocrático
Las bases de la Ética Médica actual tienen su origen en el antiguo texto del Juramento Hipocrático. Este célebre médico griego nacido en Cos (460-380 a.C.) a quien la historia reconoce como el Padre de la Medicina, legó junto a su ciencia los fundamentos morales de una antigua y noble profesión.
Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higicia y Panacea y por todos los dioses y diosas- a quienes tomó por testigos- que con todas mis fuerzas y potencias, cumpliré los siguientes deberes:
Al igual que mis padres respetaré a mi maestro en el arte, compartiendo con él mis bienes, dispensándole socorro si le hubiera menester, estimando a sus descendientes cual si mis hermanos fueran e instruyéndoles en el arte de querer aprenderle, sin pacto ni remuneración. Los preceptos y enseñanzas verbales, así como todo mi saber, transmitiré a mis hijos, a los hijos de mi maestro y cuantos discípulos se obliguen y juramenten de acuerdo con la norma médica, pero a nadie más.
Dispondré para el enfermo el régimen de vida que, de acuerdo con mi capacidad y juicio, repercuta en su provecho, alejándole del que lo perjudique o hiera; a nadie administraré un mortífero veneno aunque me fuera solicitado, no usaré abortivos en las mujeres encintas y nunca intentaré sacar la piedra de la vejiga, dejando este cuidado en manos de prácticos.
Puros y limpios mantendré mi vida y mi arte, en cuantas casas entre lo haré en bien del enfermo, absteniéndome de irrogarle intencionados y condenables prejuicios y de recrearme con el cuerpo de mujeres y hombres, sean libres o esclavos. Lo que en mi práctica vea u oiga y lo que fuera de ella surgiere en el trato con los hombres, no lo difundiré sino que tendré callado y mantenido secreto.
Si cumplo y no rompo este juramento, séame concedido disfrutar de mi vida y de mi arte y ser honrado por los hombres para siempre y en la eternidad; pero si fuera perjuro, maldito sea.
Juramento Hipocrático
Las bases de la Ética Médica actual tienen su origen en el antiguo texto del Juramento Hipocrático. Este célebre médico griego nacido en Cos (460-380 a.C.) a quien la historia reconoce como el Padre de la Medicina, legó junto a su ciencia los fundamentos morales de una antigua y noble profesión.
Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higicia y Panacea y por todos los dioses y diosas- a quienes tomó por testigos- que con todas mis fuerzas y potencias, cumpliré los siguientes deberes:
Al igual que mis padres respetaré a mi maestro en el arte, compartiendo con él mis bienes, dispensándole socorro si le hubiera menester, estimando a sus descendientes cual si mis hermanos fueran e instruyéndoles en el arte de querer aprenderle, sin pacto ni remuneración. Los preceptos y enseñanzas verbales, así como todo mi saber, transmitiré a mis hijos, a los hijos de mi maestro y cuantos discípulos se obliguen y juramenten de acuerdo con la norma médica, pero a nadie más.
Dispondré para el enfermo el régimen de vida que, de acuerdo con mi capacidad y juicio, repercuta en su provecho, alejándole del que lo perjudique o hiera; a nadie administraré un mortífero veneno aunque me fuera solicitado, no usaré abortivos en las mujeres encintas y nunca intentaré sacar la piedra de la vejiga, dejando este cuidado en manos de prácticos.
Puros y limpios mantendré mi vida y mi arte, en cuantas casas entre lo haré en bien del enfermo, absteniéndome de irrogarle intencionados y condenables prejuicios y de recrearme con el cuerpo de mujeres y hombres, sean libres o esclavos. Lo que en mi práctica vea u oiga y lo que fuera de ella surgiere en el trato con los hombres, no lo difundiré sino que tendré callado y mantenido secreto.
Si cumplo y no rompo este juramento, séame concedido disfrutar de mi vida y de mi arte y ser honrado por los hombres para siempre y en la eternidad; pero si fuera perjuro, maldito sea.